Los cinco signos de alerta: indicadores claros de inestabilidad en la nieve

hace 11 meses · Artículos técnicos

Cuando nos encontramos en terreno nevado, las avalanchas representan un peligro latente, por ello, comprender los indicios que nos transmite la nieve es crucial para la seguridad en terreno de avalanchas. En este artículo, exploraremos los cinco signos de alerta, indicios que indican inestabilidad en el manto, y por tanto una mayor posibilidad de avalanchas: avalanchas recientes, grietas y/o colapsos, transporte por el viento, nieve reciente y calentamiento rápido. Cada una de estas señales proporciona una valiosa información sobre la estabilidad de la nieve y permite a esquiadores y montañeros tomar decisiones informadas para minimizar los riesgos.

Estas señales, que actúan como claros indicios del potencial peligro, son esenciales para evaluar, de una manera rápida, la inestabilidad de la nieve. Al comprender y reconocer estos signos, los montañeros podemos tomar decisiones informadas, minimizando así los riesgos. Varios estudios han comprobado que la mayor parte de las avalanchas ocurren cuando al menos uno de los signos está presente.

Sin embargo, cuando existe un problema de capas débiles persistentes, estos signos no suelen estar presentes, por lo que ante la presencia de este problema debemos adoptar una postura más conservadora.

Los cinco signos que nos alertan de la inestabilidad de la nieve son:

1. Avalanchas recientes

Esta es una de las señales más evidentes y a la vez más infravaloradas. Se trata del indicio más importantes en cuanto a mostrarnos la inestabilidad del manto, la presencia de avalanchas recientes en la zona. Que mejor señal que el ver rastros de una avalancha reciente, sobre todo si se encuentra en una ladera de similar orientación, pendiente, etc., a la que vamos a transitar nosotros.

2. Fraturas y/o colapsos

Otra de los signos que nos pueden dar pistas sobre la inestabilidad del manto, es la presencia de fracturas en la superficie del manto nivoso a nuestro paso o la experiencia de colapsos audibles bajo los pies, conocidos como "whumpfs".

Las fracturas en la superficie de la nieve, son evidencias visuales de que hemos sobrecargado la capa débil, y se ha fracturado la placa que descansa sobre ella, pero a la vez de que hay la suficiente energía para propagar la fractura. La presencia de fracturas, es un claro signo de inestabilidad, sobre todo si esa fractura se propaga varios metros. A veces estas fracturas van acompañadas de un colapso, lo que nos indica que hemos colapsado la capa débil.

Un colapso es un asentamiento repentino de la parte superior del manto, causado por la fractura (colapso) de una capa débil situada por debajo. Estos colapsos, suelen ir acompañados de los "whumpfs", un sonido sordo, profundo, que ocurre cuando la capa débil colapsa bajo la carga del esquiador. El escuchar un "whumpf" es un claro aviso de que el manto no es lo suficientemente fuerte como para soportar la sobrecarga que provoca el esquiador.

La importancia de los "whumpfs" y las fracturas radica en su capacidad para proporcionar información instantánea sobre la inestabilidad de la nieve.

3. Transporte por el viento

El transporte por el viento se refiere al movimiento de la nieve por el viento, que erosiona áreas a barlovento y deposita la nieve en laderas a sotavento. Por la acción del viento podemos encontrar acumulaciones de hasta 10 veces más cantidad de nieve.

El viento descompone los copos de nieve en granos mas pequeños y compactos, que forman placas cohesivas. Estas placas, que descansan sobre otra más débil, están situadas a sotavento, son fáciles de reconocer. Se forman en la superficie y su forma suave y redondeada, de un color blanco mate es fácilmente identificable. Sin embargo, si tras una nevada con fuerte viento, continúa nevando sin viento, estas placas de viento pueden quedar tapadas, dificultando así su identificación. Se forman sobre todo cerca de crestas, y en los barrancos y vaguadas por carga cruzada. Algunas placas más duras suenan a hueco o como un tambor.

Las placas de viento pueden fracturarse a nuestro paso, y si van acompañadas de una pendiente propicia pueden deslizarse.
Las placas de viento pueden fracturarse a nuestro paso, y si van acompañadas de una pendiente propicia pueden deslizarse.

4. Nieve reciente

La presencia de una nevada reciente es otro signo crucial de la inestabilidad del manto, ya que la nieve reciente ha añadido peso al manto nivoso, pero este no ha tenido tiempo para adaptarse. Lo importante no es la cantidad de nieve reciente sino el peso de la misma. Cuanto más rápido y mayor sea el peso que se añada, mayor inestabilidad tendremos. Los centímetros de nieve puede variar mucho en función de su densidad, por ello se utiliza el equivalente en agua que indica el peso, el contenido en agua que tiene la nieve. Como regla, cantidades de nieve de más de 5 cm por hora se consideran críticas.

Aproximadamente el 90% de las avalanchas desencadenadas por humanos ocurren durante las siguientes 24h al depósito de nieve.

5. Calentamiento rápido

El calentamiento rápido ocurre cuando las temperaturas ambientales aumentan de manera sustancial en un corto período de tiempo. Este fenómeno puede ser especialmente relevante en primavera, cuando la radiación solar intensa y las temperaturas diurnas más altas provocan la fusión de la nieve en la superficie.

El incremento de temperatura en el manto, provocado por la radiación solar o por un aumento de la temperatura provocan la fusión de la nieve en la superficie, filtrando el agua hacia el interior y debilitando los enlaces de la capa débil. Aunque no todos los incrementos rápidos de temperatura provocan inestabilidad, el manto nos muestra su inestabilidad debida a un rápido calentamiento mediante varios indicios como las llamadas ensaimadas (bolas de nieve que caen ladera abajo).

La lluvia sobre el manto provoca la saturación de este, haciéndolo más pesado e inestable. La lluvia ha provocado una sobrecarga en el manto. Sobre un manto frio, la lluvia es especialmente peligrosa, causando avalanchas casi al momento. Las primeras horas de lluvia son las más peligrosas, y pasadas 24h, la nieve se habrá estabilizado o deslizado.

Estos cinco signos, aunque nos dan pistas, no siempre indican una gran probabilidad de desencadenamiento de avalanchas, sin embargo, son indicios que no debemos pasar por alto. La identificación de estas las cinco señales, nos avisan sobre la inestabilidad del manto y por ello son esenciales para circular con seguridad por terreno de avalanchas.

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